Tamiza la harina con ayuda de un colador fino sobre un bol grande. Después, incorpora al bol el huevo, la leche y una pizca de sal. Bate todo con unas varillas, un tenedor o una batidora hasta obtener una masa fina y sin grumos. Reserva la mezcla en la nevera mientras continúas con la receta.

Pela y pica la cebolla en dados finos. Corta el camembert en láminas. Pon una sartén a calentar a fuego bajo con un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añade la cebolla y deja cocinar 5 minutos. Después, añade la panela y remueve hasta que tome un color marrón. Retira y reserva.

Pon a calentar de nuevo la sartén limpia a fuego medio. Añade un chorrito de aceite de oliva y repártelo por toda la base con ayuda de papel de cocina. A continuación, con un cucharón vierte un poco de masa de crepe en el centro de la sartén y balancea circularmente para que se distribuya por toda la superficie. Cocina durante 45 segundos por cada lado y dale la vuelta con una pala de madera. Hay que repetir este proceso con cada crepe.

Calienta una sartén con un chorrito de aceite de oliva (puedes utilizar la de los crepes si la limpias con un poco de papel de cocina). Una vez esté caliente, ¡adentro con la ternera! Añádela a la sartén, sazona al gusto y cocina a fuego alto. Dora unos minutos por cada lado y retira de la sartén.

Después, corta la carne en tiras sobre una tabla para preparar los crepes.

En la zona central de cada crepe pon una capa de ternera, las lonchas de camembert encima y por último, la cebolla caramelizada para aportar el contraste sabroso y dulzón. Enróllalos y elige entre cubiertos o las manos. ¡Al ataque!